Este céntrico local, que se ubica en la confluencia entre el casco viejo y el ensanche bilbainos, mantiene la presencia de la historia reciente de Bilbao, especialmente sus apasionantes últimos cien años.
Sus paredes conforman un espacio tanto lúdico como cultural, que reflejan acertadamente el devenir laboral y social de la Villa, siendo especialmente apreciado por sus habitantes.
Tras varios momentos de duda respecto a su futuro, ahora se presenta más solida la actual puesta en escena.
Una nueva página se abre, apoyada en otras muchas anteriores, añadiendo un toque más de encanto a nuestra apreciada Villa.
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